Como en el caso del St. Moritz, la creación del Alpine Eagle nace de una historia familiar y de la evolución de la tradición generación tras generación.Hace casi 40 años, cuando Karl-Friedrich Scheufele convenció a su padre para producir un reloj de acero que se adaptara a su sofisticada y activa comunidad de St. Moritz, nació un icono. El St. Moritz se adelantó años a los modelos con esta estética y estas funciones, convirtiéndose en el reloj deportivo y elegante definitivo.Hoy, la historia se repite de la forma más bonita posible: una generación después, padre e hijo vuelven a unirse para crear el Alpine Eagle. Esta moderna reinterpretación del St. Mortiz es el legado de tres generaciones caracterizadas por su genialidad y su pericia técnica.